En Why Not Magazine hemos hablado con Sarah Wilson, escritora y periodista australiana, tras la llegada de su último libro a España: ‘Esta vida única, preciosa y salvaje. Volver a conectarnos a un mundo fracturado’.

Tras tres años de trabajo y otros dos libros dedicados a la ansiedad y el bienestar, Sarah Wilson nos trajo en 2020 una lección, ante todo, humana. Este 2023, la editorial Siglantana nos ha hecho llegar ‘Esta vida única, preciosa y salvaje’ a España. Una manera de conectarnos a lo verdaderamente importante.

Se supone que vivimos mejor que nunca, con un nivel de vida alto y nuevas tecnologías facilitándonos la existencia. Sin embargo, si miramos más allá de nuestras pantallas, más allá del horizonte, en algún momento encontramos árboles. Irónicamente, encontramos nuestras raíces. Y volvemos al scroll porque nos sentimos más cerca de Meta que de esos bosques en los que la cobertura desaparece. ¿No es una locura?

Sarah Wilson plantea una alternativa en la que volver a conectar con nosotros mismos. Porque la plenitud no la dan todos esos fantasmas que hemos creado alrededor de nuestras expectativas, en forma de billetes o status.

Tras más de cien entrevistas con filósofos, psicólogos e incluso monjas, Sarah hace un recorrido por la crisis de conexión en la que estamos inmersos desde el problema climático al capitalismo, para allanar un nuevo camino por el que, si no salvamos el mundo, al menos podamos salvarnos a nosotros.

Why Not: El libro está dedicado a los jóvenes, ¿por qué?

Sarah Wilson: Todo lo que hago es para los jóvenes. Hay mucha expectación porque ellos resuelvan los problemas, pero mi mensaje para mi generación es que nosotros somos los que tenemos que arreglar esto. Escucho a muchos padres decir “qué bien que las nuevas generaciones cambiarán el mundo”. Y yo me quedo como, no, necesitamos hacer el cambio en los próximos 7-8 años. Ellos no tienen tanto poder y deberían poder disfrutar de su juventud como todos hemos hecho.

WN: ¿Es egoísta quejarnos desde nuestro estado de bienestar?

S: No, no es egoísta. Muchos estudios demuestran que podemos tener un trabajo, un país en paz y todo esto, pero es desesperante. La desconexión y soledad que vivimos es muy dolorosa. Cuando destruyes tu propio hogar, cuando ves que ahí fuera hay un gran problema y nadie está haciendo nada… ese es el mayor dolor que el ser humano puede sentir.

WN: En tu libro hablas de cisnes negros como “catástrofes”… ¿Cuál es la mayor crisis que hemos vivido en los últimos 20 años?

S: La crisis climática es la gran crisis que engloba todas las demás y las empeora. Tenemos que estar muy atentos a ese trasfondo y a la mentalidad de desconexión que hemos desarrollado. Esa es la otra crisis: no vernos capaces de solucionarlo. Son, en conclusión, esas dos crisis: la climática y la mental.

WN: ¿El miedo puede ser la razón de esa negación del cambio climático?

S: Sí, creo que el miedo es la primera. Nuestro cerebro se bloquea ante la magnitud a la que nos enfrentamos. Nos “congelamos” cuando sentimos que no podemos arreglar el problema. Conozco muchos activistas del cambio climático que intentan proteger a la gente de la verdad y es peligroso porque es cuando te enfrentas al problema cuando puedes actuar. Estar involucrados es la manera de combatir el miedo.

WN: ¿Crees que la gente puede percatarse de todo el problema climático en medio del ritmo frenético de vida que llevamos?

S: Todo el mundo está ocupado con muchas distracciones. Vivimos en una economía en la que el dinero es quien roba la atención, junto a Facebook y todo ese ruido que nos mantiene distraídos. Es uno de los grandes problemas a los que nos enfrentamos como cultura: no prestamos atención y nos perdemos muchas cosas. Muchos estímulos que nos alejan de la atención real a la vida y a la crisis climática. Negarse a esa economía de la atención es hacer las cosas de una manera distinta, más lenta. Activar el pensamiento consciente y traer la atención de vuelta.

WN: A partir de tu frase “Somos inherentemente egoístas”… ¿Puedes darme algún consejo para trabajar en la empatía?

S: Leer. Leer sobre otras personas, sus problemas y reacciones. Esa lectura nos hace entrar en un pensamiento más empático. También escribir despacio y de manera consciente. Todo ello teniendo una buena relación con nosotros mismos, entendiendo nuestro dolor para después poder conectar con el resto. Por último, como menciono al final del libro, partiendo del psicoanalista Erich Fromm, trabajar en el amor y estudiarlo.

WN: Respecto al capítulo que encontramos sobre espiritualidad… ¿Cómo entraste en el mundo espiritual?

S: Siempre he tenido un cuestionamiento espiritual. Lo que ahora me hace estar conectada es el mundo de la naturaleza. Cómo todo está conectado me hace pensar que hay algo más grande que todos nosotros. Esa energía que siempre está ahí es mi espiritualidad vivir mi vida honestamente e ir a la naturaleza.

WN: El viaje que haces escribiendo el libro recorre países como Australia, Grecia, Inglaterra… ¿Es España un buen país para reconectar?

S: Para mí España es una locura, todo es caótico. Pero luego todo está bien. Creo que la conexión de los españoles con la comida o la familia significa que hay una verdadera conexión. Son buenos ingredientes; me encanta España.

WN: Para aquellas personas que todavía no hayan leído ‘Esta vida única, preciosa y salvaje’… ¿Qué conclusión consideras que es la más importante?

S: La conclusión es que como seres humanos luchamos por lo que queremos. Lo que tenemos que hacer es conectar de nuevo con lo que queremos: la vida en este planeta. No queremos ser Elon Mask, todo lo que nos hace felices está aquí. En la naturaleza y en las personas de nuestro alrededor. El primer paso para ello es volver a conectar y lo mejor para ello es caminar en la naturaleza.

WN: Para cerrar la entrevista qué mejor que preguntarte… ¿Cuál fue el momento en el que pensaste ‘por qué no’?

S: Cuando estoy viajando alrededor del mundo conozco a muchos extraños. Si me preguntan por ir a tomar algo o me proponen cenar mi mantra es “sí, por qué no”. Si no parece peligroso, ¿por qué no? Es una gran manera de tener experiencias interesantes y conectar.

Sarah Wilson | Fuente: Comunicación y Más

 

Imagen destacada: Comunicación y Más (Fotógrafo: Rob Palmer)