Después de 25 programas, ‘MasterChef 11’ ya conoce a su ganador. Se trata de Eneko, ex futbolista profesional, de 38 años, y que quiso dar un giro a su vida. Con el apoyo de su mujer y sus dos hijas ha llegado hasta lo más alto.

‘MasterChef’ ha hecho historia en la televisión con una edición que rozaba los 30 aspirantes. Se han hecho dos programas semanales, un esfuerzo increíble para todo el equipo técnico. Muy atrás quedan esas cocinas llenas, delantales negros del casting que aparecieron en las primeras semanas. De esos, la que más aguantó en el concurso fue Claudia, que entró pasado un mes y se fue hace pocas semanas.

Eneko, primer duelista de ‘MasterChef 11’

Álex, Lluís, Pilu y Eneko se enfrentaban a la gran final y solo dos iban a disputar el duelo final. La primera prueba de la noche consistía en el mítico seguir al chef, pero de espaldas a él. El invitado fue Toño Pérez, del que solo escucharían sus indicaciones sin ver nada de su cocinado. Por lo tanto, los aspirantes, bastante descolocados, tuvieron que dar la mejor versión de sí mismos para conseguir el primer hueco en la final.

Pérez llevó unos bivalvos con torreznos en suero de cebolleta y cilantro con crujiente de pan. Un plato de tres estrellas Michelin, algo normal para luchar por la primera chaquetilla de la undécima edición. Durante el cocinado hubo un montón de fases, desde la máxima tranquilidad al puro caos.

Lluís pecó de impaciente, se adelantó al chef —nadie lo había hecho antes en esta mítica prueba—, lo que le llevó a cometer errores impropios de un aspirante que se está jugando el pase a la gran final. Álex, perdido durante todo el cocinado, tan solo se dedicó a preguntar dudas a Pilu, quien no se desconcentró en ningún segundo. Lo mismo que Eneko.

El que peor lo pasó de todos fue Lluís. Al plantarse ante los jueces dijo que le salió “mejor de lo que esperaba”, pero la reacción de los chefs nadie se la esperaba, ni el propio aspirante. En primer lugar, Jordi Cruz le recriminó que se adelantara a un 3 estrellas Michelín. “Es una falta de respeto”. En ese momento, la cara de Lluís se torció, los comentaros de Pepe Rodríguez tampoco ayudaban y sus compañeros anticiparon lo que vino.

“No estoy enfadado. Pero creo que podríais haber tenido otras formas de decirme las cosas. El tono irónico creo que a veces sobra. Pero vamos, que no pasa nada”, decía Lluís, sacando esa rabia que tanto le caracteriza. Pepe Rodríguez trató de calmarle y lo consiguió. El aspirante se dio la vuelta motivado para la prueba de exteriores, donde tendría su segunda oportunidad.

Eneko y Pilu estuvieron muy igualados en este cocinado, pero el ex futbolista fue el mejor y consiguió la chaquetilla que le acreditaba como duelista. Lo celebró con su famoso pase de baile, el gusano. A Álex no le ayudó nada estar totalmente perdido en esta prueba, preguntando dudas a sus compañeros. También miró la prueba de exteriores como una gran oportunidad.

Álex consigue llegar a su segunda final en ‘MasterChef’

Al ser la mejor de la primera prueba, Pilu tuvo la oportunidad de elegir los platos que ella quería. Un menú elaborado por Martín Berasategui. La concursante se hundió en pleno cocinado cuando Jordi Cruz entró en sus cocinas para ver como llevaba la gilda y la merluza. Según el chef catalán, todas las elaboraciones estaban mal hechas, no paraba de decir: “Esto lo tienes que repetir”.

La presión por la chaquetilla estaba y Pilu reventó. Ni los intentos de ánimo por parte del propio Jordi o Martín Berasategui ayudaron. Desde el principio de esta prueba de exteriores se sabía que Álex iba a sacar esa segunda chaquetilla. Todo le salía perfecto, hasta sacó su segundo plato antes que Pilu. Lluís se había recuperado del enfado de la primera prueba, pero sufrió muchas complicaciones con un postre que ninguno de sus compañeros se hubiera atrevido a escoger.

“Aunque no lo parezca estoy super feliz. No me quiero ir sin agradecer al equipo su ayuda. Yo aquí he cumplido mi sueño”, comentaba Pilu durante la valoración, conocedora de que no estaría en el duelo final a pesar de que tenía muchas ganas de cocinar junto a Eneko. Todo el premio fue para Álex, que de nuevo llegó a una final de ‘MasterChef’. La primera fue con el Junior. Su rival sería Eneko, dos aspirantes con un talento y creciente increíble.

Eneko se llevó un duelo igualado e intenso

Los dos duelistas se volvieron a juntar con sus familias. Han sido muchas semanas encerrados y cocinar junto a los suyos iba a ser clave para el devenir de esta prueba. Eneko con su mujer y sus dos hijas, que no se han separado del televisor. Y una tercera está en camino. Álex recibió los ánimos de sus padres y su hermano. Por supuesto, también estuvieron presentes todos los aspirantes de esta undécima edición de ‘MasterChef’.

Álex presentó un menú familiar. En primer lugar, un ‘vermut en familia’, un plato de caballa marinada en salazón y críticos con esferas de aceituna, anchoa, gel de piparras, agua de tomate y crujiente de aceituna”. Un plato dedicado a su padre, especialmente porque se dio cuenta desde bien pequeño de que, el momento vermut era donde ambos podrían hablar. “Gracias a él puedo estudiar cocina y por eso le dedico este plato a él”, decía el joven aspirante, que a punto estuvo de llorar.

Un plato que conmovió a Jordi Cruz, ya que se sintió identificado. El segundo plato fue para su abuelo, mientras que el postre para su madre. Fue una dichosa cúpula de chocolate la que fastidió la final de Álex. “Estoy jodido”, le llegaba a decir a Eneko durante el cocinado. Samantha Vallejo-Nágera dijo durante toda la valoración que fue la final “más reñida” que recordarán.

Eneko lo bordó todo para demostrar a los jueces todo lo que había aprendido durante el programa. Jordi Cruz aseguró que no conocía una de las texturas que el aspirante había introducido en el postre. Todo fue originalidad, sabor, estética, modernidad, riesgo. Según se iban probando los platos estaba claro que el ex futbolista iba a ganar esta edición.

Eneko se convirtió en ganador de ‘MasterChef 11’, salvando las sorpresas, ganó el mejor. Se llevó el trofeo a casa, el premio en metálico de 100.000 euros, la posibilidad de publicar su propio libro de cocina y el Máster en Cocina, Técnica y Producto del Basque Culinary Center. Álex es el gran perdedor, segunda final que desaprovecha, pero asegura que “seguiremos con la misma ilusión por esta gran profesión”.

 

 

Imagen destacada: RTVE.es