En Why Not Magazine hemos hablado con la guionista Nuria Bueno sobre su primera novela ‘Amazona’, una historia que sitúa la violencia vicaria en el centro de la conversación.

“Voy a matar a tu hijo”. Con seis palabras tan escalofriantes como esas Nuria Bueno nos presenta su primera novela, ‘Amazona’. La sinopsis sigue la estela de las primeras letras: “así amenaza a Adriana su exmarido. Pero ¿Adriana es una víctima o también una verduga? El inspector Alberto Beranga, que investiga una serie de asesinatos, cree que Adriana es más que una limpiadora recién divorciada y víctima de su exmarido”.

Esta novela negra pone en el centro la violencia, en especial, la violencia vicaria. En una realidad en la que los niños no están seguros ni con sus propios padres, alguien tiene que hablar de ello. Nuria Bueno sale del mundo de los guiones para hablar sobre lo que le preocupa y viene a Why Not Magazine para presentarnos ‘Amazona’.

Why Not Magazine: ¿Cómo llegas al mundo audiovisual como guionista?

Nuria Bueno: Siempre he escrito, desde pequeña. Entonces dije, ¿qué puedo hacer para seguir escribiendo? Y pensé en periodismo. Y en la fila, antes de llegar a echar la prescripción, cambié a imagen. Resultó ser una carrera muy teórica, en la que te tienes que buscar la vida. Yo era de la generación de Alejandro Amenábar y él se la buscó muy bien.

De casualidad llegué a las oficinas de lo que con el tiempo se convertiría en la productora Globomedia. Era la etapa de ‘Médico de familia’ y pedían una prueba. La lancé, me llamaron inmediatamente y entré a trabajar. Empecé muy pronto, con muchísima suerte, y ya me quedé allí.

WN: ¿Cuál ha sido el proyecto en el que más te ha gustado trabajar?

NB: Es que estaban algunos muy buenos: ‘Águila Roja’ estaba muy bien, ‘El Internado’, ‘Compañeros’ lo dio todo… La última que hice se llamaba ‘El Nudo‘, de Atresmedia y estaba también en HBO. Aunque fue un trabajo horrible, me gustó muchísimo. Empezó como un melodrama y luego nos pidieron que fuese thriller. Yo no había hecho thriller nunca y tuve que sacarlo sin desarmar mapa de tramas, porque estaba preproducción ya lanzada. Entonces fue un ‘pasote’ de trabajo, pero para mí fue muy gratificante. Escribí como una bestia.

WN: ¿Cuáles son las diferencias que no te esperabas encontrar entre escribir un guion y una novela?

NB: Te ves muy solo. Aunque yo escriba un guion muchas veces en solitario, antes en guion se trabajaba más en común, eran grupos muy grandes de trabajo. Se ha tendido a que sea un poco más autoría y ahora se está empezando a agrandar equipos de nuevo. Pero en cualquier caso, el guion es una cosa que no es un final sino un principio. Sabes que va a intervenir más gente y no te llegas a ver solo en ningún momento.

WN: Te mudas a la España vacía como parte de la transición, ¿cómo es para una madrileña cambiar el ritmo?

NB: Pues un cambio muy radical y depende en qué momento de la vida te pille. Yo me fui porque ya estaba muy saturada. Necesitaba un cambio, estaba rehabilitando una casa allí, acababa de tener un niño pequeño que estaba ya a punto de escolarizar y me apetecía hacerlo en un sitio más manejable que en Madrid. La calidad de vida es mayor y si hicieran un poquito de caso y no la desatendieron… Es cierto que dices en Madrid lo tengo todo, pero también es cierto que dices, tengo demasiado.

WN: ¿Cómo aparece la idea de ‘Amazona‘ en tu cabeza?

NB: Acababa de terminar ‘El Nudo’ y estaba mirando a ver qué proyectos presentar a series nuevas. Tenía varios y este era el que llamaba más la atención. Con el feedback que me devolvió una productora dije, si esto lo convierto en serie, siendo un proceso en el que interviene muchísima gente, pierdo el control de lo que quería contar. Además es que pensando en ella, de lo primero que se me ocurrió fue la frase “voy a matar a tu hijo”.

Esto es la historia de que te van a matar al hijo. Te lo van a matar en cuatro días y lo tienes que llevar públicamente a la persona que lo va a matar. Delante de todo el mundo y nadie te va a poder echar un cable. Entonces conectaba con el miedo, con la impotencia. Yo quería hablar mucho del proceso de demolición interior de la protagonista. Y me lancé.

WN: El argumento está muy cercano a la realidad, ¿hay algún caso de violencia vicaria te ha marcado especialmente, tanto personalmente como para la historia?

NB: Hay uno en concreto que casi hace que no termine la novela. Un padre en Canarias que cogió a sus dos niñas, las secuestró, las asesinó, las tiró en los saquitos a la mano. Yo estaba pasando el ecuador de la novela y esos días no me podía ni acercar a ella. Todo lo que yo escribía me parecía una impostura. Me encontré con dificultades para terminarla porque no me parecía verosímil lo que estaba escribiendo. Porque la realidad es una hija de puta, pero escribe muy bien y te mete el «finalazo».

WN: ¿Cómo defines tú la violencia vicaria?

NB: Me parece un oxímoron, una proposición en la que conviven dos propuestas incompatibles, una lluvia seca. A mí me parece que un progenitor asesino es una cosa en que te explota la cabeza. No tiene lógica. Donde ese menor debería sentirse más cuidado, arropado y protegido, donde no va a ser vulnerado, es precisamente donde te van a hacer un daño irreversible si no te matan.

WN: Otro punto central de la novela es la salud mental y comentas que esta puede banalizarse, ¿no ha sucedido esto ya?

NB: Esto es una cosa que está muy bien visibilizar, pero que se presente como un problema y se escuche a la gente que los tiene. Hay un poco de hipocresía porque quieres que salga, pero en el corto plano a lo mejor te da un poquito de mal rollo. Las cosas que no conocemos no las sabemos manejar, nos dan miedo y las estigmatizamos.

Pero en la novela, la depresión y los problemas mentales que tienen los protagonistas he intentado que se muestre que son lo que son y te hacen lo que te hacen: que no puedas pensar, que te tengas que coger una baja, que no puedas reaccionar en un momento de crisis, que no tengas una auto-percepción que se corresponda con nada. Entonces está muy bien visibilizarlo, pero ya convertirlo en un rasgo más de personalidad hace que pierda la esencia de que es una enfermedad.

WN: ¿Por qué escribir sobre la violencia?

NB: Cada uno escribe de las cosas que le preocupan. A mí el tema de la violencia vicaria me preocupa. Me preocupa el tema de la violencia machista, lo que les pasa a las mujeres. En el caso de la violencia y de la violencia vicaria, quiero que haya muchísimas series, películas. Luego resulta que no hay tanto y es que tiene que estar en el centro de la conversación. Pero como impone mucho, es incómodo de ver.

A lo mejor hay leyes que no se están aplicando del todo, como la Ley de Protección al Menor. Pues lo dejamos a un lado. La manera de tomar conciencia y ver que es un problema es poniéndolo en el centro del foco. Yo te lo meto en una novela que tú te la coges y te la lees. Que esto sea un contenido que tú consumes y digieres con gran facilidad, pero estás todo el tiempo dando el mensaje y no sacando el problema del centro del foco.

‘Amazona’ | Imagen: AdN Novelas

 

Imagen destacada: Presentación de ‘Amazona’ (AdN Novelas)