Quedan pocas semanas, los jueces avisaron a los aspirantes de que no hay que bajar la guardia en esta recta final de concurso. Solo resisten los mejores y Marta no fue capaz de combatir al chocolate en la prueba de eliminación.

La cocina de vanguardia, protagonista

La prueba de exteriores se ha desarrollado en Sitges, Barcelona. El nivel de dificultad dio un salto cualitativo porque llegó la cocina de vanguardia a niveles extremos. Los chefs de los restaurantes Disfrutar y Compartir, Oriol Castro y Mateu Casañas, fueron los encargados de hacer este menú tan exigente.

Pilu iba a ser la capitana del equipo azul con Eneko, Lluis, Luca y Álex. Su tarea era replicar la gilda de Disfrutar y un picon al estilo pibil como segundo plato. En el equipo rojo, la capitana iba a ser Ana, junto a Jorge Juan, Jotha y Marta, para elaborar unos guisantes multiesféricos con sepietas y un pepino hoisin como postre. Por delante, 200 minutos para elaborar 30 raciones.

Marta, en el equipo rojo, empezó el cocinado picada con el equipo rival. El que ríe último, ríe mejor, suelen decir. Jordi Cruz vio un par de cosas en esta cocina que no le convencían demasiado, pero quedaba mucho por delante. En la cocina azul, Pilu daba órdenes claras y concisas. A los 90 minutos de prueba, Samantha Vallejo-Nágera pedía «correr de verdad».

Luca se tuvo que salir de la cocina azul, ya van varias semanas seguidas, porque se encontraba indispuesto. Justo por allí pasaba Mateu Casañas y creía que los ingredientes principales de cada plato estaban controlados, pero incompletos. En la cocina roja, Ana admitía que estaba «loca perdida» con la capitanía, mientras que Oriol Castro veía fallos en los guisantes y un postre que ordenó repetir. «O cambiáis la marcha o no llegáis», sentenciaba Jordi Cruz.

Los aspirantes de la cocina roja se pusieron más nerviosos si cabe porque Jordi Cruz se metió a ayudar con chaquetilla incluida. Las risas se convirtieron en caras largas. «Si he entrado, Ana, es porque estás desbordada», decía el chef catalán. Esto llamó la atención de los delantales azules, que apretaron como nunca, aunque Luca y Álex tuvieron una pequeña discusión que terminó Pilu como pudo.

El primer plato salió al comedor. Era la gilda del equipo azul y estaba «espectacular». El equipo rojo salvó los guisantes multiesféricos, ante todo pronóstico. Los delantales azules sacaron el segundo plato y Pilu estaba «muy orgullosa» del trabajo realizado. Aunque todo se complicó durante el cocinado, el equipo rojo presentó el postre con algunos cambios respecto al original. Algo que tampoco importó a los comensales.

El reto más complejo de la edición salió adelante. Los delantales rojos consiguieron un buen resultado gracias a la ayuda de Jordi Cruz y sin él, quizá no hubieran salido las cosas. Pilu se enfrentaba a su primera capitanía y Pepe Rodríguez comentó que «mereció la pena la espera». No paró de trabajar, dio órdenes claras a su equipo y «si mantienes esa actitud puedes llegar muy lejos», cerraba el toledano. Ganó el equipo azul y a la eliminación se enfrentaron Ana, Marta, Jorge Juan y Jotha.

La magia del chocolate

El último reto de la noche recibió a David Pallas, maestro chocolatero. A su lado, una enorme cortina en la que se escondía un árbol de chocolate de dos metros de altura y 95 kilogramos de chocolate macizo, sí han leído bien. Los aspirantes tenían que reproducir un árbol de cacao a escala, es decir, de un metro de altura. Su objetivo era sacar adelante el tronco, las ramas, las hojas, las habas de cacao y luego montarlo.

La eliminación se iba a decidir en 180 minutos, pero con una cesta de ingredientes preparada, así como la receta. David Pallas, después de los primeros minutos, comentaba que Ana y Jotha parecían ir mejor que el resto. La que más “jodida” iba era Marta, desde la galería se notaba y también se dieron cuenta los jueces. Jorge Juan pensaba que era el que peor lo tenía, pero avanzaba.

El precioso árbol de chocolate que presentó David Pallas | Fuente: @MasterChef_es

Ana y Jotha sacaron un tronco perfecto, más cortos fueron los de Jorge Juan y Marta, pero saltó la sorpresa. Los cuatro aspirantes parecían tenerlo. Según iba llegando el final de la prueba, los jueces vieron que MArta seguía el camino equivocado, pues acabó antes de que se consumieran los 180 minutos y en este reto, es mala señal.

Jorge Juan logró sacar el trabajo, pero “un poco burdo”, es decir, que estaba hecho con un poco cuidado. Jotha trabajó súper bien, rápido: “No esperábamos este tronco por tu parte, has hecho un gran trabajo. Todo dicho, es un buen trabajo”, decían los jueces en la cata. Ana logró lo más importante, que el árbol tuviera una forma orgánica. A Marta le faltó “interpretar más la receta” y que se rindiera en los últimos compases de la prueba no gustó nada. “Te creías que lo habías hecho bien”, decía Pepe Rodríguez.

Para anunciar el expulsado, Pepe y Jordi se quedaron solos, ya que Samantha salió para preparar la primera prueba de la semana que viene, que promete ser complicada. Ana fue la primera en salvarse por hacer el árbol más alto y demostrar que disfruta con la repostería. El aspirante más ordenado fue Jotha, mostrando una fuerza mental increíble.

Marta se convirtió en la nueva expulsada de ‘MasterChef 11’. “Este último tiempo me he sentido muy capaz. Gracias por esta oportunidad única e irrepetible. De cada persona me llevo algo y gracias a ellos soy mejor persona —refiriéndose a sus compañeros—. Me voy completa”, cerraba Marta antes de dejar su delantal encima de la cocina.

 

 

Imagen destacada: @MasterChef_es