La octava semana de concurso ha sido muy intensa. En la prueba de exteriores se dispararon todas las rivalidades, sin miramientos. En la prueba de eliminación, la repostería volvió a ser la protagonista. Fray Marcos no entregó el PIN y no consiguió salir adelante.

Quien la sigue la consigue

Se han cumplido ocho semanas de concurso. Los aspirantes se conocen más que de sobra y antes de empezar la noche, todos pasarían por una urna para apuntar el nombre del compañero que creían que no merecía estar en las cocinas de ‘MasterChef’. El más votado recibiría un delantal negro.

La persona que más votos recibió fue Claudia, por lo tanto, Jordi Cruz le entregó el delantal negro. No iba a ser la única, ya que Ana lo arrastraba del programa anterior. Y de aquí a la Sierra de Aracena, en Huelva, para afrontar la prueba de exteriores. Las cosas en la casa de ‘MasterChef’ están revueltas, así que los jueces fueron los encargados de formar los equipos y no habría capitanes.

Xanty Elías, chef del restaurante Finca Alfoliz con 1 Estrella Verde y 1 Sol Sostenible, fue el encargado de elaborar el menú. El equipo rojo lo formaron Ana, Jotha, Eneko, Lluis, Claudia, Jorge Juan y Luca e iban a cocinar blacky choco y crujiente de garbanzos más un postre, torrija del pobre. Fray Marcos, Álex, Camino, Francesc, Pilu y Marta formaron el equipo azul y cocinaron un tartar de jamón ibérico de bellota y mostaza helada más una carrillera ibérica de bellota y palo cortado.

Los aspirantes tenían que elaborar 80 raciones de cada plato, para comensales que habitaban en la Sierra de Aracena. Sin quererlo, en el equipo azul la voz cantante la llevaba Álex y no tardó en unirse Marta. Sorprendentemente, entre los delantales rojos, Eneko quería destacar y mandaba a Luca al postre, del que también se estaba encargando Ana. Unas torrijas que parecen sencillas, pero ni mucho menos.

Después de los jueces, Xanty Elías pasó por las cocinas empezando por la azul. Las carrilleras, al ser tan pequeñas, los aspirantes tenían que haber pensando en poner dos por plato, pero se quedaron en una. Pepe Rodríguez dio consejos para tirar con lo que tuvieran y no dejar a comensales sin comer. Francesc cometió un grave error, dejando yemas de huevo al sol y no envueltas en soja.

El chef salió más contento de la cocina roja, pero minutos después sufrieron una baja. Luca se tropezó, no se sabe muy bien con qué, y se torció el tobillo. A todo esto, el equipo azul tuvo que pasar al primer emplatado, con un Álex callado y sin ganas de seguir trabajando por los tantos fallos que había acumulado su equipo. El tartar de jamón ibérico no gustó.

El equipo rojo sacó su blacky choco y crujiente de garbanzos. Tenían que estar orgullosos porque los comensales dejaron los platos impolutos. Los delantales azules salieron de la cocina bastante tristes, ya que la carrillera también se quedó corta. Y para acabar, un postre delicioso por parte del equipo rojo. En el momento de la valoración, la tensión entre los aspirantes volvió, ya que Ana soltó un par de bromas al equipo azul sobre cómo se llevó a cabo la prueba que no sentaron nada bien, como es evidente.

Pepe Rodríguez comentó los miles de fallos que tuvo la cocina azul, mientras que eligió a Álex como el mejor del equipo. “Quiero que reaccionéis, que el cocinado os importe, como mínimo, como a mí”, comentaba el de Illescas. Y de ahí a las críticas del equipo rojo, donde faltó ritmo y las prisas llegaron al final, según Jordi Cruz.

Jorge Juan, Ana y Luca no estuvieron a la altura de sus compañeros. Claudia sorprendió por su actitud “divertida, trabajando y llevando la batuta de la elaboración más complicada del cocinado”. Fue elegida como la mejor de la prueba y le quitaron el delantal negro. El equipo rojo fue el ganador, por lo tanto, Jorge Juan y Luca se beneficiaron de la inercia del resto. Al foso irían Fray Marcos, Álex, Camino, Francesc, Pilu, Marta y Ana —que no pudo librarse del delantal negro impuesto este lunes—.

Una eliminación nupcial

Al lado de los jueces había una tarta de boda, bastante grande, además. De la nada calló al suelo, pero tenía un sentido. En su interior había siete bolas y cada una contenía un ingrediente que los aspirantes tenían que usar como relleno de su tarta nupcial. En definitiva, el último reto de la noche consistía en hacer una tarta de boda, aunque con la receta en la mano. 

Fray Marcos volvió a arriesgarse y no entregó el PIN. A los diez minutos de empezar la prueba, Claudia gozó de su privilegio, una rosa negra que entregó a Pilu después de otro enfrentamiento. Eso significaba que le restaba diez minutos de cocinado. No paró de llorar por el agobio, pero iba más avanzada que nadie.

Fray Marcos se movía como un pollo sin cabeza por las cocinas, sin apenas elaboraciones cuando el tiempo estaba a punto de terminarse, derrotado y sin ganas. Los jueces también se dieron cuenta y se lo dijeron ya en la cata final. «Es como si hubieras llegado a un camino y aquí te quieres quedar», comentaba Pepe Rodríguez sobre la prueba que se había marcado el fraile. Álex fue el siguiente en enfrentarse a los jueces: no había entendido como trabajar las capas de la tarta, aunque estaba bien de sabor.

Francesc también entraba en la cuerda floja porque apenas integró la vainilla en la tarta, que era su principal tarea. A Marta le faltó algo de relleno, pero su bizcocho era el mejor que habían probado hasta el momento. Algo similar le pasó a Pilu y los llantos se convirtieron en risas. Ana demostró que su especialidad es la repostería, con una tarta rellena de chocolate. «Me alegro de ver a esa Ana que habíamos perdido», comentaba Rodríguez. A la tarta de Camino le faltaba consistencia, muchos fallos estéticos y su actitud durante la prueba no gustó a los jueces.

Ya han pasado 16 programas, la repostería ha tenido mucha importancia en esta edición y los jueces siguen recriminando que no le están cogiendo el truco a los postres y eso es un problema. Las tratas de Ana y Pilu fueron las mejores. Marta y Álex también aprobaron, con algún defecto que otro.

Fray Marcos, con bajo de ánimos y una tarta nupcial fallida, se vio obligado a abandonar las cocinas de ‘MasterChef 11’. «Le doy las gracias a todo el equipo, todo lo que pudieron hacer por mí, a ustedes tres y les espero en la misa», decía un Fray Marcos entre lágrimas, que también emocionó a los jueces.

 

 

Imagen destacada: @francescmchef11