En la primera prueba de la noche, los jueces resaltaron la importancia de la comida vegetariana, mientras que en la prueba de eliminación, David entró en bucle al no saber acertar con el picante de un steak tartar, uno de los retos de la prueba. Samantha Vallejo-Nágera se cabreó bastante, ya que el aspirante no se dejaba ayudar, pero no solo eso le costó su salida de ‘MasterChef 11’.

La cocina vegetariana es atractiva

Antes de nada, es conveniente recordar que Jotha era inmune para este programa. Al ser el mejor de la prueba de exteriores la semana pasada, decidió salvarse poniendo en peligro a todos sus compañeros al morder la fruta de la tentación, es decir, la manzana. Los aspirantes iban a enfrentarse a un juego: ‘Calorías las justas’. Por tríos o por parejas, el objetivo era adivinar las calorías exactas de un ingrediente en concreto. Por cada acierto se añadirían cinco minutos de cocinado a los 45 que tendría la primera prueba de la noche.

Delante de cocinas, una caja misteriosa gigante con todo tipo de ingredientes —cada aspirante iba a tener cinco—. El objetivo era hacer un plato vegetariano “a la altura de un programa 15 de ‘MasterChef 11’”. Josean Alija, chef del restaurante Nerua Guggenheim Bilbao y especialista en platos vegetarianos, fue el invitado y cocinó junto a los aspirantes.

Cada concursante, con sus más y sus menos contratiempos, fue sacando el trabajo. En el cocinado apenas hubo pistas de quien podría ir mejor o peor. Eneko se enfrentó a los jueces el primero, un buen plato, pero un emplatado “algo infantil”. Jorge Juan “tiró unas verduras sobre un arroz blanco” y el de Albacete admitió que se notaba atascado en los últimos programas.

La idea de Luca estaba bien, pero los jueces querían más por parte del tiktoker. Álex presentó una alcachofa en textura y Pepe Rodríguez la catalogó como “un buen plato”, mientras que a Samantha Vallejo-Nágera le parecía una locura. El resultado de Francesc no había por donde cogerlo. “Está malísimo. Te ha quedado una porquería, te hemos hecho el favor de reírnos con tu plato, el próximo día te echaremos”, sentenciaba Jordi Cruz.

En la misma línea estaba Camino, fallos por todos lados. “El peor plato con diferencia”, volvía a decir con contundencia el chef catalán. Además, la concursante admitió que los ingredientes que escogió de esa caja misteriosa no eran los adecuados para su estilo. Marta volvió a hundirse, mientras que el plato de Lluis no era perfecto, pero sí “el camino a seguir”. Pilu se santiguaba antes de presentar el plato y los jueces confirmaron su caída libre.

A David le pasó lo mismo que a Lluis, mucha idea, pero un resultado flojo. Fray Marcos cometió el mismo error que Camino, pensando un plato con ingredientes diferentes a los que había escogid y, por supuesto, se ganó el suspenso. Y, por último, Ana, con una crema de guisantes que sabía fuerte, pero los jueces volvieron a valorar la idea de la aspirante. Jotha aprovechó su inmunidad para cocinar más relajado e hizo un plato “igual que el del invitado”. Las ocho veces en el foso le han venido bien.

En este reto, los jueces querían ver platos vegetarianos atractivos. Dos aspirantes consiguieron acercarse a la elegancia, pero el mejor de la prueba fue Álex. Los platos de Eneko, Lluis, Marta y Luca apuntaban maneras, por lo que también se salvaron. Ahora bien, los aspirantes que se iban a enfrentar a la eliminación eran Claudia, David, Fray Marcos, Pilu, Francesc, Camino, Ana y Jorge Juan.

Habilitad, rapidez y pillería

Para salvarse, los aspirantes tenían que hacer gala de su habilidad y rapidez en las famosas carreras. Álex, al haber sido el mejor de la prueba anterior, salvó a Francesc. La misma ventaja tuvo Jotha al ser otro de los mejores e hizo subir a Fray Marcos a las galerías, a pesar de que quería cocinar con su famoso PIN. Quedaban seis aspirantes en el foso y los dos peores se enfrentarían a un duelo para decidir al primer eliminado de la semana.

Los primeros en enfrentarse fueron Camino, Pilu y Jorge Juan. La primera campana contenía los ingredientes necesarios para hacer un steak tartar. La primera en levantar la mano fue Camino y Jordi Cruz fue el encargado de probarlo. Justo después hizo lo propio Pilu y lo probó Samantha. Ambas aspirantes habían conseguido el sabor, pero unos trozos bastantes bastos tanto de carne como de condimentos. A pesar de no dominar la técnica, Jorge Juan consiguió superar el steak tartar.

La segunda prueba consistía en hacer un cachopo, a la que no tardó en llegar Camino. Pilu fue la última. Era una elaboración más compleja y los aspirantes tardaron un poco más. Y saltó la sorpresa, ya que Pilu fue la primera en llegar al último cocinado: ternera strogonoff.

Jorge Juan fue el siguiente y la última, después de tres intentos, Camino. El primero en salvarse de la eliminación fue el de Albacete. Después Pilu, que fue unos segundos más rápida que su compañera. “A la italiana te la pelas”, decía Marta desde la galería para animar a Camino, mostrando una gran falta de respeto a Claudia, que iba a estar en el siguiente cocinado.

Claudia, Ana y David fueron los siguientes en enfrentarse. A pesar de no saber que los ingredientes que había debajo de la campana eran para un steak tartar, Claudia superó el reto y fue directa a por el cachopo. David se vino abajo porque para él, su tartar de carne estaba bueno, con el picante justo, pero para Samantha estaba soso. Se quedó atrás porque Ana consiguió pasar. David volvió a levantar la mano hasta cuatro veces más para conseguir el aprobado. Samantha se empezó a mosquear con él porque no conseguía el toque picante del steak, mientras que el aspirante se justificaba en que, para su gusto, estaba perfecto. Claudia volvió a ser la mejor en el cachopo. «El mejor de todos», decían los jueces, comparado con los tres anteriores.

Y Samantha continuó con su enfado porque David cortó el cachopo una vez hecho, algo que deben hacer los jueces, mientras que el queso cabrales estaba por encima del filete. «Hazlo bien, no te frustres. Si no te quieres ir, hazlo bien», decía la chef. Ana ya había pasado a la ternera strogonoff. Mientras que Claudia y Ana ya llevaban la mitad de la elaboración, David pasaba. Con cara de circunstancias para intentar engañar, Jordi Cruz daba el aprobado a Claudia. Segundos después, Pepe Rodríguez hizo lo propio con Ana.

Por lo tanto, el duelo final fue entre Camino y David, donde tenían que cocinar un solomillo Wellington en 45 minutos. Este plato es de los habituales en ‘MasterChef’ y los jueces han visto de todo durante todos estos años. El primer error que cometió David fue enharinar la ternera, pero es que no fue el único. Llegó a un punto que Jordi Cruz comentaba «qué daño ha hecho el YouTube».

Ana hizo un pequeño comentario con Lluis sobre la falta de mostaza en el Wellington de David, un ingrediente más que imprescindible. Los jueces lo escucharon y le subieron un delantal negro para el próximo programa. Ninguno de los dos aspirantes quería irse, como es evidente, pero David tenía todas las papeletas. Un trabajo flojo durante toda la prueba.

Los jueces probaron primer el solomillo Wellington de Camino. Admitieron que no daban ni un duro por el punto de la carne y le salió «muy bueno, bien horneado». También sorprendió el corte que consiguió David, pero al pasarlo por harina y una doble cocción por la sartén se desmoronaba en comparación al de su compañera. Estaba bueno, pero tenía diferentes fallitos. Parecía mentira, pero la decisión fue complicada, aunque no tuvieron más en cuenta las carreras.

David decepcionó a Samantha por sus múltiples «faltas de respeto» cuando se enfrentó al steak tartar. El aspirante se justificaba y decía que «para nada» iba contra la chef y era más consigo mismo. Sin embargo, por toda la prueba en su conjunto, no se libró de la eliminación.

«Entró un David inseguro y gracias a todos ellos también, poco a poco creo que voy avanzando. Cambiaría mi obsesión, no haber disfrutado antes, quererlo todo como un profesional cuando no lo soy, pero estoy contento», concluía antes de dejar el delantal sobre las cocinas.

 

 

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