Loreen, representante de Suecia, volvió a alzarse con la victoria en Eurovisión con su tema ‘Tattoo’. Blanca Paloma consiguió 100 puntos, pero solo cinco fueron televoto. 

El Festival de Eurovisión volvió a ser protagonista de la noche del sábado. Loreen, que ya ganó el certamen en 2012 con su ‘Euphoria’, volvió a presentarse y arrasó con su tema ‘Tattoo’. Así, le ha vuelto a dar la victoria a Suecia para que el país iguale a Irlanda en los países con más triunfos en Eurovisión, con un total de siete.

Parecía que la propuesta flamenca de Blanca Paloma podía acercarse al tercer puesto que logró Chanel el año pasado, pero se ha quedado lejos de triunfar en Liverpool. La ilicitana se había colado entre las favoritas de la mayoría de los rankings e incluso el resto de rivales aplaudieron su apuesta. Se llevó 95 puntos del jurado profesional del resto de países, pero el televoto le penalizó con solo 5 puntos. Muy lejos de los 583 puntos que llevaron a Loreen a arrasar y darle el séptimo triunfo de su historia a Suecia.

Así fueron las actuaciones de Eurovisión 2023

Austria fue el país encargado de abrir la final con una canción electropop que pretende reivindicar los pocos ingresos que generan las plataformas de streaming como Spotify. La apuesta de Portugal fue algo más sobria y muchos echaron en falta una mejor puesta en escena.

Remo Ferrer, representante de Suiza con ‘Watergun’ envió un mensaje antibélico. Su estribillo “No quiero ser un soldado, no quiero lidiar con sangre de verdad”, con un gran riff de piano, enmudeció a Liverpool con una balada muy sencilla y emotiva. Polonia y Blanka apostaron por los ritmos jamaicanos y por una estética con la que intentó buscar el voto tanto de los jóvenes como de los adultos.

Luke Black, representante de Serbia, le dedicó su actuación al mundo emo. La actuación de Francia tampoco llamó precisamente la atención, a pesar del enorme vestido que vistió su cantante. ‘Break a Broken Heart’, de Andrew, enamoró al público con una bonita balada.

Inmediatamente después llegó el turno de Blanca Paloma y su ‘Eaea’. La artista ilicitana y sus bailarinas lo bordaron con su actuación y con una producción vanguardista que puso el toque flamenco al Festival. Eso sí, hubo pequeños fallos de iluminación y algunos gritos entre el público que no ayudaron a Blanca Paloma en momentos en los que el silencio era fundamental. Su actuación hizo pensar que el Top 10 estaba asegurado.

Loreen fue la siguiente en subir al escenario con una puesta en escena espectacular. ‘Tattoo’ tiene ciertas influencias de ‘Euphoria’, aunque es una canción bastante diferente que encaja perfectamente en este entorno eurovisivo.

Albania fue la encargada de llevar este año una canción del estilo de ‘Juego de Tronos’ con un abanico que sorprendió bastante dentro de la escenografía. Marco Mengoni, otra de las caras conocidas de la música italiana, conquistó a muchos con ‘Due Vite’. Es más, el artista estuvo cerca de romper a llorar al final de la canción.

 Alika y su piano onanista puso a Estonia entre los países favoritos. Eso sí, muchos consideraron que la interpretación pudo haber sido mejor. Finlandia fue otra de las actuaciones que puso al país entre otro de los candidatos a la victoria. Käärijä y su ‘Cha Cha Cha’ comenzaron una primera parte de la canción agresiva y con una corista, pero la segunda mitad se volvió mucho más melódica. Este tema es una reivindicación festiva y alegre con constantes referencias al alcohol en su letra.

Vesna y Chequia le cantaron a la solidaridad en ‘My Sister’s Crown’. Su puesta en escena reivindicó la igualdad y el feminismo, aunque la canción no era la mejor para Eurovisión. Australia también llevó un tema potente con la banda de metal Voyager.

Los representantes de Bélgica superaron todas las expectativas con su apuesta. En cambio, Armenia se desinfló en la final. La balada ‘Future Lover’ de Brunette creó un bonito juego de luces y a la altura. Sin embargo, el show no terminó de encajar. Moldavia llevó a Liverpool los bailes regionales y ciertos detalles de simbología y espiritualidad.

Ucrania, ganadores del año pasado, llevó una canción inspirada en los grandes artistas del hip hop. ‘Heart of steel’ alertó en la letra del peligro de la guerra nuclear, aunque con una puesta en escena robótica. Noruega era otra de las grandes favoritas y en la final supo recuperar el terreno que había perdido en las semifinales por cuestiones vocales.

Alemania, con la apuesta de Lord of the Lost, llenó de ‘sangre y glitter’ el escenario de Liverpool. Lituania apostó por el color naranja butano con una balada electropop de Monia Linkyté. Israel, Noa Kirel y su ‘Unicorn’ también se disparó en las apuestas.

Eslovenia, que ya llamó la atención simplemente por clasificarse para la final, también se vieron como otro de los favoritos. Lanzaron al mundo un mensaje de ‘Carpe Diem’ con una producción alegre con toques indies. Croacia hizo una crítica a Vladimir putin con el grupo Let 3, aunque desde una forma muy sutil para evitar la censura política del festival.

El país anfitrión, Reino Unido, cerró el Festival de Eurovisión con ‘I Wrote a Song’. Sin embargo, Mae Muller fue criticado por su calidad vocal. Finalizadas las actuaciones musicales y un homenaje a la ciudad de Liverpool, comenzaron las votaciones.

Suecia arrasa y el televoto perjudica a España

Suecia arrasó con los votos del jurado y se hizo con la primera posición, seguidos de Israel e Italia. España cerró esta primera fase con 95 puntos y en la novena posición de la clasificación. Sin embargo, afrontaron con cierto temor el televoto. Y no es para menos.

A Croacia le salvó el televoto, mientras que Noruega también resucitó a pesar de quedarse sin opciones de victoria. España solo recibió cinco puntos del televoto, quedándose únicamente con 100 puntos y en la posición 17. Finlandia arrasó y amenazó la victoria de Loreen. Sin embargo, Suecia finalmente sumó los puntos que necesitaba, logró 583 y consiguió su segundo triunfo en Eurovisión.

 

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