En Why Not Magazine hablamos con Beatrice Salvioni sobre su primer libro, ‘La Malnacida’, premiado por la Scuola Holden de Alessandro Baricco. Un debut que ya se ha traducido en 32 idiomas. 

Beatrice Salvioni (Italia, 1995) tiene 28 años y se ha hecho un hueco en el sector editorial con ‘La Malnacida’. La joven escritora, originaria de Monza (Italia), estudió Filología Moderna en la Universidad Católica de Milán. Más tarde, fue estudiante en la Scuola Holden de escritores. Con su pluma ganó el Premio Calvino 2021, con el relato “Il volo notturno delle lingue mozzate”, y el Premio Raduga 2021.

‘La Malnacida’ es la historia de la fuerte amistad entre Francesca, una niña de clase media, y Maddalena, de origen humilde. Se ambienta en la misma ciudad donde nació la autora: Monza. Con el fascismo en auge como telón de fondo, el libro trata temas como el machismo, la diferencia de clases e ideologías políticas. Este primer libro se ha traducido ya a 32 idiomas. Atención, ¡esta entrevista contiene spoilers!

Why Not Magazine: ¿Quién es la niña de la portada?

Beatrice Salvioni: La fotografía que aparece en la portada es una foto de Letizia Battaglia, una fotógrafa italiana, que me encanta. Es una imagen que quiero mucho porque la utilicé cuando presenté esta historia en el escenario de la Scuola Holden. Teníamos cinco minutos para presentar nuestro proyecto y nos pidieron que pusiéramos una foto de fondo para ambientar y crear la atmósfera. Elegí esta foto porque creo que en la mirada de esta chica aparece perfectamente el espíritu de Maddalena. Estoy encantada de que la editorial española la haya elegido para la portada.

Portada de ‘La Malnacida’. | Imagen: Editorial Lumen

WN: ¿Cómo te sientes con el éxito de tu primer libro?

BS: Es una pregunta que me han hecho muchas veces y tengo mucha presión. Quizá, por el peso de la responsabilidad, sí que me siento bastante abrumada ahora mismo.

WN: ¿Cómo nació la novela?

BS: La historia se desarrolla alrededor de dos elementos que tenía ya desde el principio. El primero es la amistad entre las dos chicas y el segundo era la voz, este poder de una de las dos de entrar en los pensamientos de las personas. También quería que fueran una más tímida y la otra más rebelde. Y que esto fuese una herramienta para que la primera empezase a dar el primer paso para escapar de la jaula en la que se había acostumbrado a vivir. Pero a la vez quería que esta, Francesca, ayudara a Maddalena a zafarse de sus sombras.

El otro elemento era la voz, el poder de Maddalena. Al principio, cuando todavía estaba diseñando la historia tenía que ser un poder efectivo, casi mágico. Luego, al construirla y desarrollarla entendí que no tenía que ser por fuerza algo verdadero. Sino que bastaba que fuera algo relacionado con el deseo de hacer sentir su propia voz.

WN: ¿En qué te inspiraste para escribir el libro?

BS: Digamos que no parte de ningún hecho real y que hay escritores que son parte de mi formación y que seguramente me han inspirado. Cuando escribo los primeros que se me vienen a la cabeza son los cuentos de (Beppe) Fenoglio. Sobre todo por los detalles tan vivos y el cuidado con el que describe a los personajes; sin miedo de ir a lugares incómodos y a contar temas como la sangre, la carne, la intensidad de la escritura… Además, Donatella Di Pietrantoni también me gusta.

Siempre me han inspirado las historias de formación porque me encanta ese momento de paso de una edad. Se tiene la posibilidad de ser todavía una persona indefinida y llegar a la edad adulta, en la cual te das cuenta de cómo de importante es el peso de la sociedad que quiere encasillarte. Estas historias de formación siempre me han fascinado.

WN: ¿Cuál es el personaje que más te costó escribir?

BS: El personaje que más me ha costado definir es el padre de Francesca. Empieza como un personaje estereotipado, si queremos, del padre indiferente, demasiado ocupado con su trabajo para darse cuenta de las cosas que acontecen en la familia. Sin embargo, poco a poco, traté de profundizarlo y de darle también un arco de transformación.

Así que él es el personaje al que le he dedicado más tiempo para poder entenderlo y comprenderlo. Hasta llegar a la escena de redención, en la que se sienta a hablar con Francesca y le dice que lo que le ha pasado en la Iglesia no es su culpa. En cierto sentido eso le distingue de la madre que, en cambio, no quiere hablarlo porque es como si tuviera vergüenza.

WN: ¿Qué es lo que más te gustó del proceso de escritura?

BS: Me gustó la parte de investigación, en la que se empieza poco a poco a delinear la historia. Y es que antes de ponerme a escribir tengo que tener muy claro cómo es el esquema. Tengo que saber cómo empieza y cómo termina. Solo después me pongo a redactar. Por lo tanto, disfruto haciendo el esquema para saber dónde ir y cómo los personajes tienen que interactuar entre ellos. Y también me gusta muchísimo la parte en la que, finalmente, me pongo a escribir y empieza a tomar vida.

WN: ¿Y lo que menos?

BS: Claramente, las peores partes son cuando te bloqueas en una escena y te das cuenta de que no está funcionando. Cuando sales del flujo (de escritura). Y creo que la solución en estos casos es no empecinarse delante del ordenador y tomarte una pausa.

 

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WN: Has dicho que te gustó la parte de investigación. ¿Necesitaste documentarte mucho?

BS: Antes de ponerme a escribir, antes de ponerme a crear la trama de la historia, ha habido un momento necesario en el cual me he documentado acerca del periodo histórico. Sobre todo de la vida diaria de las personas durante los 20 años del fascismo porque quería que fuera todo más creíble y cuando más realístico posible. Así que ha habido una larga fase de documentación antes de empezar a diseñar la novela. Además, me ha dado la posibilidad incluso de encontrar ideas interesantes.

WN: ¿Y qué querías transmitir con ese final abierto?

BS: El final se queda abierto. Sin embargo, el arco de redención de Francesca se culmina en el momento en el que ella asume la responsabilidad de tomar una decisión y de hacer una elección. Y es en la escena de la estación donde rechaza a su madre, rehúsa de las reglas que se le han impuesto y vuelve atrás, enfrentándose al miedo para defender a Maddalena. No obstante, se trata de una elección peligrosa.

WN: Y en lo personal, ¿quién es tu escritor o escritora favorito o favorita?

BS: Es una pregunta difícil [ríe]. Probablemente no hay un escritor favorito, sino que hay muchos. De momento, para los cuentos Fenoglio, Salinger, Emy Hempel —escribe cuentos—, Elsa Morante, Donatolla Di Pietrantoni… Bogner o Sandar… Son los que se me ocurren ahora mismo.

 

 

Imagen destacada: Iamgen cedida por Editorial Lumen