José Manuel Ruiz Blas nos traslada a los primeros años del fútbol español y cuenta la historia del Racing de Madrid, un club al que le mató su propia ambición.

El autor de este libro es un periodista madrileño que nació en nuestro país en 1975. Ha escrito sobre cultura, gastronomía y deportes, colaborando en varios medios como GQ, Vanity Fair, Tapas, Forbes o El Confidencial. Tiene su propia plataforma de radio, donde condujo los espacios ‘Cuerdos desatados’ y ‘Enfermos en al paraíso’.

‘El último gol apache’ es el primer libro de José Manuel Ruiz Blas y habla de un equipo que entró con mucha fuerza en el fútbol español y que pronto se convertiría en uno de los mejores clubes de Madrid. Se embarcó en dos grandes proyectos que precipitaron su ruina, a pesar de su resistencia.

Racing de Madrid: un equipo ambicioso que no prosperó

A principios del siglo XX, pocos equipos existían en nuestro país. Por el un lado estaba el Real Madrid, acompañado del Athletic de Madrid —actual Atlético de Madrid— y la Sociedad Gimnástica, que se fundó en 1887. Los últimos, un grupo de amantes del músculo que se fijó en el deporte inglés.

La Sociedad Gimnástica se situó en la cima del fútbol madrileño, ganando el campeonato Regional en 1910, 1911, 1912 y 1914. A finales de julio de 1914 recibieron la llamada del Club Fortuna de Vigo, que estrenaba campo en Bouzas. No pudieron asistir con sus mejores jugadores porque estaban ya de vacaciones o castigados por las malas notas del curso.

Llamaron a los integrantes de dos equipos, el Cardinal Cisneros y el Regional FC. El viaje les cambió la vida, con un empate en el primer encuentro y una victoria al día siguiente. El Club Fortuna de Vigo y una Gimnástica diferente brindaron por el futuro.

Primeras imágenes del Racing Club de Madrid | Fuente: Getty Images

El espectáculo que se dio fue tal que, ambas partes, empezaron diferentes reuniones con el fin de unir fuerzas y de ahí nació el Racing Club de Madrid. Ramón Teja fue el primer líder del proyecto. Se apuntaron al Campeonato Regional con el Madrid, Gimnástica y Athletic. Fue el 6 de diciembre de 1914 cuando debutaron en el campo madridista de O’Donnell.

Los merengues pasaron por encima a los novatos, pero poco después perdieron en un amistoso entre ambos. El siguiente partido de liga fue con la Gimnástica. En el terreno de juego todo era espectáculo, mientras que en la grada se vivía un feo episodio de hooliganismo.

Una fama que empezó a ganarse con mucha fuerza el Racing Club de Madrid. En los siguientes partidos, los de Chamberí ganaron a los actuales campeones, el segundo partido liguero ante el Madrid acabó con empate y los debutantes ganaron ambos partidos al Athletic de Madrid.

De esta manera, un empate en el último encuentro les daba el título. El 28 de febrero de 1915, el Racing Club de Madrid se enfrentó al Gimnástica. Se dio un resultado de empate a dos y el Racing Club de Madrid había conseguido su primer título liguero. A pesar de ello, no pudieron inscribirse al Campeonato de España al no estar federados durante los últimos seis meses.

De todos modos, esa victoria llamó la atención de muchos jugadores, que ya no solo buscaban fichar por el Real Madrid o Ahtletic de Madrid. Al año siguiente perdieron el Campeonato Regional por dos puntos y en 1917, dos de sus mejores jugadores se marcharon al Madrid. Empezó una breve decadencia y la llegada de un nuevo presidente, Alejandro Miró Trepat. Después de una reestructuración ganaron el Campeonato Regional en 1919, de nuevo en la cima.

Con sus más y sus menos, durante los siguientes años, el Racing Club de Madrid iba ganando enteros y hasta el humorista Migue Gila se declaró aficionado. Los años 20 no fueron no su mejor época, pero a finales de la década ficharon a Paco Bru como entrenador, que había entrado a la Selección Española.

A finales de 1928 se creó el campeonato de Liga, pero el Racing fue relegado a la segunda división. A pesar de luchar en los despachos, no consiguieron entrar en la primera. Un día jugaron su último partido en Chamberí y llegó el primero de sus grandes proyectos. Un campo en Vallecas, en el mismo lugar en el que, el Rayo Vallecano juega sus partidos actualmente.

En marzo de 1930 se estrenó esta nueva casa que costaría un millón de pesetas de la época. Era ya un equipo de Tercera y la afición no acompañaba. Sin apenas dinero despidió a sus grandes jugadores para dar la bienvenida a los jóvenes. Toda esta situación los llevó a retomar su gira por América.

El Racing de Madrid fue el encargado de levantar el actual Estadio de Vallecas | Fuente: Getty Images

El plan era ganar dinero y llegaron a Lima en junio de 1931. Debutaron frente al Atlético Chalaco y tenían que dar una gran imagen para aumentar el número de partidos. Su fama de agresivos dentro del campo les podía jugar una mala pasada. Después de varios partidos en Perú pasaron a Cuba, donde se empezó a ver el final.

Fueron pasaron los partidos y apenas había aficionados en las gradas, los resultados tampoco acompañaban. Llegaron a México, pidieron dinero a España, pero nunca llegó. Ya no se tenía en cuenta al Racing de Madrid. Se encontró otra gira, pero en Nueva York, donde de nuevo, el dinero prometido por el empresario que buscó esta gira, no llegó.

Apenas podían pagarse la comida, el alojamiento y el último partido de su historia llegó el 3 de noviembre de 1931 ante el Hakoah. Perdieron por tres a uno, los telegramas pidiendo ayuda a España no traían respuesta. Consiguieron llegar a Madrid a finales de año. Hubo varios intentos de reflotar al equipo, pero en mayo de 1932 se confirma su disolución.

José Manuel Ruiz Blas consigue que seamos aficionados del Racing Club de Madrid, que nos alegremos por sus victorias y rabiemos con las derrotas. Por supuesto, un triste final para un equipo que plantó cara a los más grandes, pero que la propia ambición acabó con ellos.

 

 

Imagen destacada: José Manuel Ruiz