¿Es la sesión Vol. 53 de Bizarrap y Shakira machista? Algunas personas acusan a la cantante de antifeminista.

Tras la polémica ruptura entre Shakira y Gerard Piqué, la cantante participa en la sesión número 53 del productor Bizarrap. Una canción llena de referencias y mucho beef que en tan solo 24 horas ha conseguido 75 millones de visualizaciones en Youtube.

El tema ha dado que hablar. Algunos en Internet han tachado a la intérprete como “la ex pesada que no olvida”. También le han recriminado que compararse con la pareja actual de Piqué (con la que le fue infiel) es antifeminista.

Shakira no es la primera en despotricar contra su expareja. La reina del despecho, coronada por la prensa, es sin duda Taylor Swift. Sobre el dolor, el desamor y la rabia también han hablado Adele, Ariadna Grande y un sinfín de artistas a las que se las ha criticado y desprestigiado por ello. Pero, como apunta Swift, es una manera “muy sexista de verlo”.

Taylor Swift en el videoclip de Blank Space, parodiando el arquetipo de «exnovia loca» que le atribuían. | Imagen: Taylor Swift

Ellos también cantan sobre amor. Taylor Swift defiende: “Nadie dice lo mismo de Ed Sheeran. Ni de Bruno Mars. Ellos también escriben sobre sus exnovias, sobre sus parejas actuales y sobre su vida amorosa y nadie dice nada”. Por ejemplo, The Weeknd relató su relación con Selena Gómez en su álbum ‘My Dear Melancholy’.

Dobles estándares para las cantantes

Como todo lo hecho por las mujeres, la sesión con Bizarrap ha sido escrutada verso por verso. Se ha dicho que es demasiado directa, que es burda, que no es feminista. Pero, ¿en qué momento se ha pretendido que sea una canción a favor del movimiento? Y aunque la comparación entre mujeres no nos gusta, ¿por qué se pasa el filtro del feminismo solo sobre nosotras?

Mientras M-Clan cantaba “Carolina trátame bien, o al final te tendré que comer” en ‘Carolina’, nadie decía nada. Mientras Fito y Fitipaldis cantaban “no fue difícil cuando conoció a Mariela, que tenía los ojos verdes y un negocio entre las piernas” en ‘Soldadito Marinero’, nadie decía nada. Mientras los aclamadísimos The Beatles cantaban «Prefiero verte muerta que con otro hombre» en ‘Run for your life’, nadie decía nada.

Hablan de la cosificación mientras Khea respondía “Un culito así en Ebay no lo consigo” a Niccki Nicole con ‘Ayer me llamó mi ex’. Hablan de cosificación mientras hacen oídos sordos cuando Tupac arremete contra Biggie “Dices ser un jugador, pero me follé a tu perra” en ‘Hit ‘Em Up’.

Una foto de C Tangana que promocionaba su tema ‘Yate’ y que fue catalogada de machista | Imagen: C. Tangana

El trap, el hip hop o el reggaeton son géneros musicales que se basan por excelencia en darse de palos. Y todo el mundo lo asume. No hay más que ver la sesión de Bizarrap con Residente. Pero no cuando lo hace una mujer. No cuando se invierten los roles de poder. No cuando Shakira quiere cantar por su propio orgullo. Porque parece que el beef está reservado para los hombres, Clara-mente.

De calladas a despechadas

El doble rasero para juzgar ferozmente a las cantantes está presente siempre. Porque aparte de no molestar al patriarcado, no debemos mancillar la imagen pública de los hombres (para que no les sal-Pique). Nos prefieren como víctimas perfectas. Como Penélope, calladas y sumisas. Perfectamente invisibles.

Pero las mujeres tenemos derecho a enfadarnos, a gritar y a equivocarnos. No tenemos que ser perfectas, ni por el rol de género ni por el feminismo. Se confunde muchas veces el concepto de sororidad y se usa cuando al patriarcado más le conviene. Por eso las tacha de “despechadas”. Su moraleja es: “No seáis como Shakira”.

¡Basta! Es agotador tener que cumplir con la mística del feminismo, la feminista perfecta, en cualquier cosa que haga la mujer. Sobre todo, cuando la exigen las personas que menos abogan por él. Que disfruten de la canción como lo hacen del reggaeton. Y si no, que les mortifique, que se lo traguen y que mastiquen.

 

Imagen destacada: Bizarrap