Ya son dos meses de concurso. En primer lugar, se ha dado la prueba del robo, que tan habitual en este gran programa. Después, un maravilloso lugar como es Madrid para la prueba de exteriores. Al final, un duro reto que dejó un expulsado que ha estado contra las cuerdas varias semanas: Eduardo. Los jueces siguen esperando más de todos a estas alturas.

La vieja prueba del robo

Este mítico reto abría la noche. Gonzalo Miró y Florentino Fernández entraron en el plató, en su edición dieron mucho juego en la misma prueba. Los concursantes partían con una cesta de quince ingredientes, pero todos tenían que pasar por la cocina para robar un total de diez, de la manera que quisieran.

Después de todo, Juanma Castaño y Miki Nadal se quedaron sin nada por todo lo que robaron sus compañeros. Tiraron de humor para unir fuerzas e ir contra todos. Hubo un giro final, los concursantes tenían que cocinar con lo que robaron, en vez de lo que tenían en la mesa. Se fueron sucediendo los minutos de la prueba, los concursantes no parecían estar muy angustiados, quizás un poco Belén. Los jueces no veían bien la dinámica de Victoria, Miki y Juanma.

Comenzaron las catas, Arkano quiso usar técnicas de la cocina moderna, pero no supo definir su plato. Iván tampoco se llevó buenas críticas de los tres jueces más los dos invitados. No había esperanzas con el plato de Eduardo y así pasó. “Esto es un cero. No tiene ni estética, ni gusto”, comentaba Pepe. La primera valoración positiva de la noche se la llevó Bustamante, que le sirvió para coger fuerzas tras lo sucedido la semana pasada en su prueba por equipos.

Nunca hay que dar nada por hecho en ‘MasterChef’, de ahí que los jueces hayan presentado otro giro final en la prueba del robo. Ninguno se lució, defendía Pepe, sobre todo pensando que ya estamos en el programa ocho. Carmina y Bustamante fueron los ganadores de este reto, el cantante fue el mejor de los dos.

Una cocina de cristal

La expedición no ha tenido que moverse mucho. Se quedaron en Madrid, en concreto en el Palacio de Cristal, el cual tiene más de 400 años de historia. El cocinado se iba a dividir en tres equipos, ya que se iba a viajar a tres países: México (aguachile de pulpo, taco de cuello y torta tres leches), Malasia (chili crab, satay de cordero y flan de leche de coco) e India (jhinga curri, vindaloo con chuletas y samosa dulce). En los tres menús se apostaba por el cordero.

Bustamante, Carmina y Miki se quedaron con Malasia. Belén, Verónica e Iván con India, mientras que Arkano, Eduardo y Juanma con México. Esto lo repartió Bustamante, mientras que Carmina no usó su privilegio de cambiarse de equipo. Los comensales serían los paseantes del Parque del Retiro de Madrid, que tenían que ser convencidos por los concursantes.

Todo pintaba bien en las cocinas, los nueve concursantes trabajando a todo trapo. Verónica Forqué mostró una actitud diferente a la de anteriores programas. Todo cambió cuando los concursantes volvieron de buscar comensales. Verónica no estaba contenta con algo que se había hecho durante su ausencia y se chilló con Belén e Iván. Se consumía la segunda hora de cocinado, es decir, 40 minutos por delante y Jordi veía lentitud en las cocinas.

Arkano, Juanma y Eduardo se llevaron algún consejo con la ayudante de un chef mexicano, mientras que los tres concursantes de la comida india recibieron algunos consejos con el cordero. Con estos últimos, los chefs estaban contentos a pesar de los gritos. Lo peor para el equipo blanco, comida cruda, el flan malayo cancelado por lo “incomible” que estaba según Samantha. El chili crab, que lo hizo Carmina, sí funcionó.

Antes de la deliberación, los concursantes tuvieron que enfrentarse a la venta. Bustamante, Miki y Carmina no vendieron casi nada. Después, los jueces dieron su opinión: el equipo azul falló en cosas básicas según Pepe, que también aseguró que “esperaba algo más”. La única alegría del equipo blanco fue el chili crab comentado anteriormente. El equipo rojo interpretó bien ese menú indio. Estos últimos fueron los ganadores del equipo rojo, el resto, a la prueba de eliminación.

Bajando las calorías

Antes de la prueba de eliminación, unas cajas misteriosas que descubrir. Una báscula que ayudaría en este reto. Las calorías que una persona necesita, con algo de ejercicio, son de 2.500. Los concursantes tenían que hacer un plato con menos de 600, si alguno se pasaba al coger los ingredientes, quince minutos para cocinar.

Eduardo, Bustamante, Juanma, Arkano, se pasaron, quince minutos menos. Es decir, los únicos que acertaron fueron Miki y Carmina. Hubo un trabajo fino por parte de todos los concursantes, pero luego los resultados había que verlos. Se están jugando mucho a estas alturas de concurso. Durante el cocinado, a los tres delantales blancos se les dio la oportunidad de salvar a un compañero, aunque no se desveló hasta el final del reto. Juanma fue el salvado.

Bustamante, bastante tenso toda la noche | Fuente: @MasterChef_es

Comenzó la cata. Arkano, una vez más, falló. “Le falta mucho para ser un plato para ser interesante”, comentó Jordi. Era el turno de Carmina, tal y como pronosticaron sus compañeros salvados, salvó el reto como es debido. El bacalao de Miki estaba bien, pero el resto que puso en el plato “no tenía nada que ver”, para Pepe. Se salvó por el punto del pescado. Bustamante perfecto. Eduardo tuvo “muchos fallos”, mientras que Samantha agregó “lo único bueno es el queso”.

No era fácil elegir esta bien el expulsado del octavo programa. Bustamante y Carmina se salvaron con creces. El siguiente en salvarse fue Miki, pero por eso bacalao. Ahora bien, se quedaron dos en el foso, Eduardo fue el expulsado. Sus compañeros mencionaron que le echarán de menos. “Venir aquí ha sido maravilloso”, comentaba Eduardo.

 

 

Imagen destacada: @MasterChef_es